viernes, 13 de septiembre de 2013

Segunda contribución hacia las Jornadas Nacionales de Carteles

Hacia las XXII Jornadas Nacionales de Carteles

La Escuela llega a La Plata
Belén Zubillaga

Que las próximas Jornadas de Carteles sean en la ciudad que nos toca vivir, al menos a mi, es una gran ocasión. ¿Para qué? Veremos...
Para muchos La Plata es la ciudad de origen, para otros, aquellos que vinimos en busca de la Universidad, un destino pasajero devenido en elegido.
No importa tanto ser locales esta vez sino que esta ciudad sea sede por primera vez de una actividad nacional de la Escuela de Orientación Lacaniana.
Hemos viajado con el cartel bajo el brazo, a Córdoba, a Capital en varias oportunidades. Hoy nos toca quedarnos y esperar a los que llegan. Para los “¿platenses?” o residentes de la ciudad, el ir y venir se ha hecho costumbre. Al parecer algo de eso comienza a detenerse. Esta vez nos quedamos.
Lo que permanece en los itinerarios de unos y otros es el cartel. El peor invento lacaniano para el grupo.
Mi experiencia en tan incómodo dispositivo, produjo exactamente lo contrario a lo buscado. Soledad, vaciamiento de saber y multiplicación de enigmas. Allí comprendí por qué Lacan pensó que el cartel sería apropiado para la formación del analista. Al igual que el zamarreo que Lacan producía en sus analizantes, el zamarreo del cartel nos despierta del adormecimiento del saber erudito y el rigor de las citas. Nos sacude y nos obliga a inventar. Ningun cartel aunque trate el mismo tema, ningun cartelizante aunque comparta el rasgo con otro, dirá lo mismo sobre el asunto. Esa es su genialidad.
La Plata despierta, con los carteles, con el trabajo de Escuela, y espera con alegría tan ansiado acontecimiento.




No hay comentarios: